El riesgo sistemático es el riesgo que resulta de factores de toda la economía y afecta todas las inversiones en diversa medida. También se denomina riesgo de mercado o riesgo no diversificable. El coeficiente beta es una medida del riesgo sistemático de una acción. Según el modelo de valoración de activos de capital, es el único riesgo que debería compensarse con una mayor rentabilidad.
Una inversión de capital se considera riesgosa cuando su rendimiento varía. Hay dos fuentes principales de dicha variación: (a) factores que son exclusivos de la inversión y (b) factores externos amplios que no están relacionados con los factores específicos de la inversión individual.
Riesgo sistemático vs riesgo no sistemático
El riesgo que surge de factores únicos se denomina riesgo único o riesgo no sistemático. El riesgo único se puede diversificar manteniendo una cartera bien equilibrada. En un contexto de cartera, las variaciones positivas en algunos activos que surgen de factores específicos de inversión compensan las variaciones negativas en otros activos de factores únicos. Por lo tanto, el riesgo único también se denomina riesgo diversificable porque puede eliminarse mediante la diversificación. El segundo tipo de riesgo que es causado por factores de toda la economía no se puede reducir o eliminar a través de la diversificación porque los factores de toda la economía afectan negativamente a todas las inversiones en una clase de inversión. El riesgo que surge de los amplios factores económicos se denomina riesgo sistemático. Debido a que el riesgo sistemático no se puede diversificar aumentando la cantidad de activos en una cartera, también se denomina riesgo no diversificable.
La relación entre los diferentes componentes del riesgo de inversión se puede expresar de la siguiente manera:
Riesgo Total (σ) = Riesgo Sistemático (β) + Riesgo No Sistemático
El riesgo total se mide utilizando la desviación estándar, mientras que el riesgo sistemático se estima calculando el coeficiente beta.
Ejemplos
Los siguientes son algunos eventos que son fuente de riesgo sistemático:
- Cualquier acción importante del banco central: reducción o aumento de la tasa de política, operaciones de mercado abierto, etc.
- Quiebra de cualquier institución crítica para el buen funcionamiento del mercado financiero y la economía. Digamos la quiebra de otro Lehman Brothers o AIG, etc.
- Guerras, terremotos, tsunamis, etc.
- Cambios importantes en la política fiscal como nueva legislación tributaria, reducción o aumento de las tasas e incidencia de los impuestos.
- Gran guerra comercial o guerra de divisas.
- Inflación o hiperinflación
Medición del Riesgo Sistemático
El coeficiente beta es una medida del riesgo sistemático. Un coeficiente beta más alto significa un riesgo sistemático más alto y viceversa. Un coeficiente beta de 1 significa que la inversión tiene un riesgo sistémico igual al riesgo sistémico promedio de todo el mercado.
El coeficiente beta se calcula haciendo una regresión del rendimiento de una inversión sobre el rendimiento de un índice de mercado amplio como el S&P 500.
El riesgo sistémico de una cartera se estima como el promedio ponderado de los coeficientes beta de las inversiones individuales.
El modelo de fijación de precios de activos de capital estima el rendimiento requerido de una inversión de capital con referencia a su riesgo sistemático inherente. Cuanto mayor sea el valor beta, mayor será el rendimiento requerido y viceversa, como se desprende de la siguiente fórmula:
Retorno requerido = r f + β × (r m – r f )
r f es la tasa libre de riesgo, r m es el rendimiento del índice de mercado amplio, digamos S&P500 y β es el coeficiente beta.
El riesgo que se compensa mediante un mayor rendimiento se denomina riesgo cotizado. El riesgo asistemático no es precio en CAPM porque puede diversificarse por completo.
Gestión del Riesgo Sistemático
Si bien el riesgo sistemático no puede diversificarse, es decir, no puede eliminarse agregando más activos a una cartera, puede reducirse mediante una asignación eficiente de activos.
Digamos que una cartera consta de acciones, bonos, bienes raíces y oro. Tiene un riesgo sistemático más bajo que una cartera de acciones o una cartera de bonos. Esto se debe a que ciertos factores de riesgo sistemáticos afectan a diferentes clases de activos de manera diferente. Por ejemplo, una desaceleración en el mercado de acciones puede desencadenar un rendimiento positivo para el oro. En tal situación, una cartera completa que consta de diferentes clases de inversión tiene una exposición general al riesgo sistemático más baja.
Otro enfoque es utilizar estrategias de cobertura para reducir y eliminar el riesgo sistemático. Por ejemplo, un fondo de cobertura con inversiones en acciones puede vender al descubierto el índice de mercado amplio. La posición negativa en el índice de mercado amplio puede cancelar el riesgo sistemático que resulta de la posición positiva en inversiones de capital individuales.
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